Las grandes civilizaciones buscaron siempre asentarse y desarrollarse en territorios en donde el clima fuera propicio para la vida y las actividades económicas.
La temperatura, la humedad y la variabilidad climática condicionan la salud (pensemos en las personas con dolencias respiratorias, quienes se ven afectadas frente a las variaciones climáticas), la energía y hasta las capacidades que desarrollan los pueblos para su supervivencia y progreso.
FACTORES QUE INFLUYEN EN EL CLIMA
LATITUD Y ALTITUD:
En la desigual distribución geográfica de la temperatura Intervienen dos importantes factores: la latitud y la altitud. Por ejemplo: la intensidad del calor disminuye del Ecuador hacia los polos (puesto que los rayos solares deben atravesar una capa atmosférica cada vez mayor). Se calcula que, del Ecuador a los polos, la temperatura disminuye 1 °C por cada 200 km.
También las irregularidades del relieve terrestre (montañas, mesetas, etc.) modifican la distribución del calor solar. Las observaciones demuestran que la temperatura decrece a medida que se asciende, a razón de 1 °C por cada 180 m. de altura, aunque, en la atmósfera después de los 17 Km. comienza a incrementarse.
Para entender bien esta condición basta un ejemplo: comparar las características que ofrece la vegetación en la cima de una montaña elevada (algunos pequeños arbustos) con la de su base (bosques tupidos).
LA INFLUENCIA DEL MAR:
El mar regula la temperatura de los lugares que baña. Las grandes masas líquidas pueden retener mayor cantidad de calor, y se calientan o enfrían de manera mucho más lenta que la tierra. Las mareas tienden a equilibrar la temperatura. Muchas investigaciones han determinado que las variaciones térmicas son menores en las zonas marítimas (debido a que las brisas marinas ayudan a bajar la temperatura).